¿Volvemos?

Me sentía nervioso, sentía que tenía todo fuera de mis manos y eso no estaba bien.

Todo se había salido de su orden el día en que tome la peor decisión, la de dejarla, dejarla ir. No aguantaba la presión de mi familia, ni de mis amigos, no todos pero si de algunos. No tuve los pantalones, o los huevos bien puestos para que nada de eso me importase, para que nada de eso me afecte.

Un cobarde con todas las letras, como me dijo ella un día, un cobarde.

No era feliz, no tenía un minuto de paz, ni siquiera pasaba una hora en la que no pensara en ella, en los momentos que vivimos, en las cosas que aguanto por mí y yo, como el gran tonto que soy, no aguante por ella.

La vi salir de la universidad a la que asistía, estaba hermosa, como siempre, se había cortado el pelo y se había hecho otro flequillo, pero le queda igual de lindo, como todo.

Estaba más delgada que antes, espero que no sea mi culpa. Pero así como estaba, era hermosa. Salió con su tonelada de libros y su pequeño bolso, charlaba con algunas chicas y les mostraba una hoja. Espere los minutos que se quedo charlando con ellas hasta que emprendió viaje a la parada de su colectivo, odiaba que viaje en colectivo, mas por la zona donde se encontraba la universidad.

Me acerque con el auto, su cara cambio totalmente cuando me vio. La vi inspirar hondo y cerrar los ojos. Desde mi lugar baje la ventana del lado del acompañante para hablar con ella.

–Hola La… –dije simplemente, había pensado que decirle primero pero verla de nuevo me dejo bloqueado-

–¿Qué es lo que queres Peter? –su voz sonó distinta, ya no era la misma voz dulce de antes, ni su mirada era la de antes-

–quiero que hablemos, subí por favor. –mi voz también fue distinta, la había extrañado, y así tuviera que llevármela a rastras ellas hablaría conmigo-

–¿no crees que es un poco tarde para hablar? – me quede mirándola sin saber que contestarle –

–Por favor, es solo un momento –sus ojos se pusieron vidriosos, estaba por llorar, pero su orgullo no la dejo –

–No. –miro en otra dirección –

–Voy a hacer lo que sea para que subas al auto, por favor, sube… –sabía que era capaz de hacer cualquier cosa. Ella me conocía mejor que yo – por favor… –la vi suspirar y agarrar con más fuerza sus libros. –

–Está bien…–abrí la puerta del copiloto, algo feliz. Me di cuenta que por esta mujer haría lo que sea –

–Gracias. –más no me contesto. No sabía a lo que me enfrenaría una vez llegados a la casa. El viaje fue en total silencio. Antes de separarnos vivíamos juntos en mi departamento. Lo habíamos acomodado al estilo de los dos, con nuestras cosas. Pero en este último tiempo todas esas cosas que nos representaban a ambos habían desaparecido para dar lugar a un espacio más frio, con cuadros extraños y sillones duros. Todo obra de Martina. No me quedaba de otra, lo que teníamos que hablar tenía que quedar entre nosotros, y en principal no darle lugar a poder escapar sin que terminásemos de hablar–

–No quiero entrar Peter. –Dijo una vez que estacione el auto en frente del edificio–

–Quiero que hablemos en privado, en un lugar donde no nos interrumpan, donde estemos solos. Por favor…–

–Yo… no creo que a tu novia le guste saber que estuve en tu casa. –

–Por favor, entremos. –Salí del auto y le abrí la puerta de copiloto, le agarre sus libros y dudando salió. La tome del brazo, cerró sus ojos y quito su brazo de mi mano. –

–No lo hagas mas por favor, no me toques más o me voy –su voz era firme–

–Vamos…– cruzamos la pequeña calle. Cuando entramos al ascensor creo que a los dos se nos paso lo mismo por la mente. Habíamos tenido buenos momentos en este ascensor. O en una esquina del mismo. Cuando llegamos al último piso ella salió disparada, sin dudas habíamos pensado lo mismo. –

–Ni se te ocurra decir algo. –me corto de raíz. Me dio lugar a que abriera la puerta, ella tenía una copia de la llave, seguro la traía consigo. Cuando entramos, ella miro todo extrañada –

–Si, a mí también me resulta extraño a veces, o la mayoría del tiempo –me sincere, porque era la verdad–

–No me imagino porque. –como hacia siempre que llegábamos, dejo su cartera en uno de los sillones y suspiro. Deje sus cosas en el mismo sofá – Bueno, ¿para que querías que viniera?

–Quiero que hablemos de nosotros. –me miro como si me quisiera golpear –

–No existe más un nosotros Peter.

–Quiero que vuelva a existir, porque yo–me interrumpió–

–NO lo digas, no digas lo que no sentís, no digas cosas que son mentiras.

–Sabes bien que no son mentiras, que lo que sentimos es muy real, –me miro con dolor, tenía sus brazos cruzados, en señal de protección–

–No, al menos no de tu parte. Te dejaste influenciar por todo el mundo, por todo tu entorno. Tus amigos, tus familiares, tu mamá, todos pensaban que era poca cosa para vos, que yo, Lali Esposito era una simple chica de barrio, que nunca fue a un colegio, o que nunca aprendió ingles. –lagrimas caían por su mejilla, no, no quería verla llorar. –

–Sabes que a mi esas cosas nunca me importaron.

–Sí que te importaron, si no fuera así tu actitud nunca hubiera cambiado. –me acerque, pero ella hizo un paso para atrás–

–Quiero que estés conmigo de nuevo, solo te pido una oportunidad más.

–No. Esa oportunidad la perdiste cuando… cuando tu mamá me conto que estabas saliendo con Martina, cuando m dijo que por fin su nene, su hijo, había conseguido una mujer que estaba a su altura, que… eso ya no importa. Me voy…–cuando se giro alcance su mano, la abrace por su estrecha cintura  y la acerque de un tirón a mí, ella inspiro hondo y le hable al oído–

–Sabes que te amo, que daría mi vida por vos si fuera necesario, te amo con todo lo poca cosa que soy. Sé que fui un tonto, que no te valore. Sos la mejore persona que existe para mí, porque Dios te hizo para mí, para que solo seas mía, para que solo yo sepa lo que es estar entre tus brazos, en tu vida. Lo que dijo mi madre no es verdad, lo de Martina es todo mentira, jamás estaría con ella. Lo de la casa fue porque las dos insistieron en que tenía que cambiar, así que las deje que hicieran lo que quisieran

–¿Lo hiciste para olvidarte de mí? –me interrumpió–

–En parte sí, pero sabes que eso es imposible, cada parte de este departamento tiene algo tuyo, un recuerdo, tu olor, tu esencia, este departamento es más tuyo que mío.

–Yo…–cuando estaba por hablar sonó el timbre. Nos miramos, era raro ya que nadie habla hablado por el portero automático. A regañadientes la solté, sabía que estaba a un paso de volver con ella. Cuando abrí la puerta quise golpear mi cara –

–Decime que lo que yo vi no es verdad. – vi como mi madre, con el semblante serio, entraba al departamento. Cuando vi la cara de Lali, nada mejoro–

–¿Qué haces aquí mamá?

–Vine porque vi que trajiste a esta… a esta chica a tu casa. Peter escúchame bien, cuando me digas que volviste con esta. Te juro que…

–¡Parala! Terminala con ese tema. Lo que haga con mi vida es tema mío

–¡NO! –me interrumpió– es mío también porque no quiero que te arruines la vida con esta chica que no te convine, los dos sabemos que la que te conviene es Martina, es una chica como vos. –Sentí que algo dentro de mí se encendía, nunca había hablado así–

–Como se nota que no me conoces, que no sabes lo que de verdad quiero para mi vida. Y eso no incluye a Martina. ¿Martina es alguien como yo? Puede que en un punto tengas razón pero yo no quiero a alguien así para mi vida, quiero a alguien que le de luz a mis días. Vos mamá sos la última persona que sabe lo que quiero o lo que merezco. –miro a Lali, vi como todo su odio era redireccionado a ella–

–Vos e le volviste a meter por los ojos a mi hijo, no sé qué clase de brujería le hiciste pero te juro, les juro que por encima de mi cadáver ustedes van a estar juntos–salió como alma que lleva el diablo, dando un fuerte azote con la puerta. Me acerque a una mesa de pared que había, que ciego estuve–

–¿Cómo es que no me di cuenta la clase de persona que es? Que ciego fui… –sentí como su mano se poso suave en mi espalda–

–Es tu mamá, no pienses cosas malas de ella.

–Eso es imposible. Sin darme cuenta me separo de lo que más amo, eso no hace una madre–me gire para tenerla cara a cara. Creo que ella lloraba por los dos– Por culpa de ella mi vida se volvió una mierda…

–No digas eso.

–Perdón... –suspiro y aparto la mirada de mí– perdóname por lo que te hice, por lo que nos hice

–Yo… no es tan fácil Peter.

–¿Crees que puedas perdonarme? ¿Qué olvides todo lo estúpido que fui? –haría cualquier cosa por ella–

–No es tan fácil, yo… nos lastimamos mucho, nos hicimos mucho daño, no creo

–No digas que no. –la interrumpí–no sin al menos intentarlo. Pensa en todo lo que planificamos juntos. –toque su mejilla para que me mirara–

–Todo eso era parte de un sueño muy bonito que sin darnos cuenta rompimos.

–Puede ser, claro que puede ser. Yo te prometo que nunca, no, te juro que nunca más voy a volver a escuchar a las personas que me hicieron tanto mal, que nos hicieron mal. –se mordió el labio inferior, eso era una señal de que lo estaba pensando, la conocía tan bien que sabía leer hasta sus gestos más simples. –quiero que vuelvas a ser mía, que estés siempre conmigo en todos los aspectos.

–Peter, no es fácil lo que me pedís, yo creo que

–No. –la interrumpí –No digas que no sin quisiera darte el tiempo para pensarlo de seriamente. Hagamos una cosa, te propongo que lo pienses el tiempo que quieras, mientras, yo la voy a remar en dulce de leche repostero si queres. –la tome de la cintura y la acerque a mi–

–¿El tiempo que yo quiera? –me miro dudosa, sabía que era mentira, como sea la apuraría–

–Bueno, no tan así, pero al menos un tiempo. –ladeo su cabeza y me dedico una pequeña sonrisa–Bueno, unos días nada mas…

–Eso si te creo…–se llevo su dedo pulgar a la boca para morder su uña, eso era señal de que quería preguntar algo–

–¿Qué es lo que me vas a preguntar? –Era la mejor sensación tenerla entre mis manos de nuevo–

–¿Te acostaste con Martina? –Directa y al grano, su mirada era intensa–Decime la verdad por favor.

–No. No lo hice…

–¿De verdad? –hasta yo lo dudaría–

–Lali, n tenia cabeza para pensar nada más que en vos, solo en vos, no me hubiera podido acostar con nadie, vos ocupabas mis pensamientos…hasta llegue a–me detuve en seco, no le contaría algo así, no sabía cómo reaccionaría ella–

–¿Te tocaste pensando en… mi? –dijo con una sonrisa picara–

–Sí, lo admito, me toque pensando en vos…–soltó una pequeña risita –¿Vos? ¿te tocaste pensando en mi?

–Eso no se le pregunta a una mujer Lanzani.

–Voy a tomar eso como un sí. ¿Puedo hacer algo? –la vi dudar,  ponerse seria–

–¿Qué cosa? –volvió a morder su labio. ¡Mierda! ¡Como amaba a esta mujer! –

–Esto. –la tome de la nuca y la acerque a mi boca, sus labios y los míos se juntaron para dar lugar a un beso tan ansiado, era como tomar agua fresca después de caminar días en el desierto, o algo parecido.  Seguía siendo ella, con su olor, sus movimientos, sus pequeñas dudas. Nuestras lenguas se unieron y todo fue gloria. La había extrañado de verdad, a ella y a su boca. –

–Para Peter…–dijo entre beso y beso–Dios! Cuanto te extrañe…–pego su frente a la mía–

–¿Volvemos? –Dije con una sonrisa. Ese día por primera vez vi luz en sus ojos después de tanto tiempo–

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COSA LINDA LA DE ESCRIBIR! Bien, no voy a dar excusas, porque son tontas. No voy a hacer promesas, porque nunca las cumplo. Soy muy mala, lo se! No escribí para retomar, o eso creo. Escribi para agradecer. Agradecerte a vos, si a vos que leíste esto,  Hoy, mañana, o cuando sea, quiero agradecerte por estar ahí, por leer algo que escribí hace años, o hoy. Agradecerte porque se que en algún momento me sacaste una sonrisa con tu comentario, o con tu visita al blog. Quiero que sepas que Mas allá del tiempo y A cualquier precio van a seguir aqui, en este blog para acompañarte, para sacarte una sonrisa, para llorar, o putearme por dejarte siempre con la duda en cada cap y no poder parar de leer. Quiero decirte GRACIAS por todo lo que me diste en estos años hermosos que descubrí lo que era este mundo de la escritura/lectura. GRACIAS. Se que este post no es lo mejor que escribí, si es que alguna vez escribí bien. Lo deje con un final abierto porque esa es la relación que vamos a tener nosotras, la dos, una relación abierta, de saber que cuando yo te necesite vas a estar para mí, y cuando vos me necesites SABES QUE ESTOY PARA VOS! desde mi lugar en el mundo te puedo ayudar o escuchar. 

Esto se creo para vos, vos lo hicieron crecer, es mi pequeño bebe del que estoy orgullosa, es nuestro pequeño bebe. 

También escribí esto tambien para agradecer a cada una que se sigue uniendo al grupo de facebook, pensé en ponerlo en ese grupo, pero quería que este aquí. 

SIMPLEMENTE GRACIAS!